La queja en el día a día
La queja continua es algo que se puede instalar en nuestro día a día y vive conectada a nosotros íntimamente.
Convivimos con ella a diario, la queja la vemos en la tele, en nuestra vecina, amigo, pareja. Si a estas personas les preguntas como les va la vida, sólo te enumeraran un largo listado de reclamos sobre el trabajo, pareja, hijos…y no se fijan en los aspectos agradables de su vida.
Si ante un problema o evento negativo, siempre actúo lamentándome y nuestra forma de responder es quejarnos y no actuar, acabo realizando un aprendizaje, que se convierte finalmente en un hábito, en un estilo de afrontamiento de problemas y de vida. No digo que esté mal expresar el malestar o inquietud que uno pueda sentir en un momento dado, pero pasar muchos momentos del día instalado en la queja nos puede llevar al mal humor, ansiedad, depresión, a pensar que el mundo está en nuestra contra y que somos unos incomprendidos..
Sin embargo, este estilo de vida, aunque en principio parece activo y asertivo, nos conduce a la pasividad y a que cada vez que nos suceda algo negativo, en vez de buscar soluciones nos quedemos bloqueados en el malestar y el sufrimiento.
Romper el círculo vicioso
Romper el círculo de la queja es fácil si sabes como. Un hábito o costumbre se rompe dejándolo de hacer, y cuando soy consciente de que lo estoy haciendo de nuevo, cortar mi conducta de raíz.
Por otro lado hemos de aceptar que los problemas son parte de la vida, que hay que aprender a aceptarlos y buscar soluciones, evitando quedar paralizados ante ellos.
Toma las riendas de tu vida, lucha por tus metas, muévete y adáptate a la vida, está en tus manos y en las de nadie más.
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Merche Capilla. Psicóloga, Col. Nº-CV12947
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Muy interesante, gran artículo. Saludos.
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